Tobe Hooper siempre será
recordado por el clásico de terror La matanza de Texas. El
personaje de Leatherface se juntaba en el libro con Freddy, Chucky y Jason para
montarse un festín. Era el recurso perfecto para narrar con humor (negro) las
experiencias de Martín en un matadero de cerdos.
Las páginas
del libro se convierten así en un homenaje al cine de terror de los ochenta.
La nueva jornada se acercaba. Salí de casa a la una
y cuarto de la madrugada. A las dos menos diez vislumbré el temible cartel
iluminado que parecía anunciarme la entrada a una atracción de feria: la Casa
de los Horrores.
Poco a poco iba a
comprender la rutina que me esperaba: cambiarme y ponerme unas incómodas botas,
que me producirían llagas y rozaduras, y ser el invitado a una sesión de
equilibrismo entre perchas puntiagudas de carne. Si seguía allí durante mucho
tiempo me convertiría en Leatherface,
el psicópata de La matanza de
Texas, feliz entre tanta víscera y cocinando casquería para todos mis
invitados: Jason, Freddy, Chuki, etc.
Extracto del libro La
Maldita Casilla de Salida, capítulo La
venganza del porcino.