En
su trayecto vital Martin se refugia en la música de los años 80 y por supuesto
no podía faltar Radio Futura y su líder Santiago Auserón, al que admiro por su
continua investigación sobre el arte musical.
Una
actuación de Juan Perro te permite sumergirte en un estado de sensaciones de difícil
explicación. Da igual el formato, desde una orquesta sinfónica a la sencillez
de su voz y la guitarra del maestro Joan Vinyals.
Este
fragmento del libro es mi particular homenaje:
Decidí relajarme, olvidando mi inseguridad, y encendí la radio
dejándola con un mínimo de voz para poder escuchar las infumables noticias
diarias. De repente, una canción surgió de la nada en mi mente.
37
grados y un montón de huesos
con
algo de pellejo alrededor.
Habrá
que echar toda la carne
al
asador.
Y comencé a cantar, como poseído por la música:
—Es un asunto muy viejo, con este socio traidor, cambiar
la piel de conejo por una piel de tambor.
« ¡Joder, como mola! ¡Hasta estoy recuperándome de mi estado!
Este tema de Radio Futura lo oí el sábado noche, estoy seguro. ¿Pero dónde?».
Y seguí escuchando, mientras entraba en la capital y me
paraba en un semáforo. Dos ocupantes de otro vehículo me observaron, con cara
de sueño. Quizás pensaban que seguía de juerga, pero a mí me daba igual. Había
conseguido reanimarme y comenzaba a tener hambre.
Mientras rebuscaba un paquete de galletas, canté:
—No te sofoques, mi amor, pero
tengo que verte primero antes de dar más dinero sin conocer tu valor.
—¡Toma ya! Inmortales Auserón y su banda —grité extasiado.